GLOSAS
¡Compañeros
de mi vida!
¡Hoy se
muere el corazón!
Los de la
barra querida,
Los que
nunca el alma olvida
Los de la
farra y pasión...
Hoy que
siento mi partida
Más fuerte
es la evocación...
Madre...mi
novia sentida...
Que me
abrieron una herida
Con
jirones de crespón....
Al irme
amigos, perdida
Para
siempre la ilusión,
Quiero
dejarles prendida
Cual lampo
de redención
De mi
existencia aturdida
En las
frentes... ¡bendición!
Carta en
la cual me pedías
Que
supiera comprender
Mas fueron
crueles los días
¡No
borraron el ayer!
Si a mi
amor lo desafías
Quiero en
tu vida verter
Desventuras
a porfías...
¡Y mis
frases son vacías!
¡También
mi madre es mujer!
Soñador,
si, soñador
Con un
mundo de ilusiones
Un puñado
de canciones
Y un amor,
por el amor...
Un corazón
de cantor,
Un cofre
de fantasías
Sueños
hechos melodías,
Aunque
fueran de dolor.
Sueños que
tienen color
Del polvo
de mil caminos
Que
volaron peregrinos
En mis
noches de cantor...
.....................................
Así será
mi destino
¡Romántico
y soñador!
¡Cuándo el
tiempo ha de lograr
aquel
recuerdo ir borrando!
Si éste, mi
triste penar
A tu
puerta ha de llegar
¡A
suplicarte llorando!
Y si
escuchas su rogar
Tus
quereres implorando
¡No lo
lances a rodar!
Que es el
alma que va errando
Sin
poderse consolar
Tengo un
pisito en el centro
Puesto con
todo primor
Con
teléfono de adentro
Piano,
estera y velador...
Justito
para un encuentro
Entre tu
amor y mi amor.
Pisito en
que reconcentro
Todo mi
mundo mejor,
Entra el
cariño cuando entro...
Y a media luz
interior...
Aquella
boca reía
Vertiendo
todo su mal
Amor suyo,
flor de un día
Que fue en
mi vida un fanal.
En copas,
esta agonía
Quiero
matar por fatal
Y esa boca
que fue mía,
Refleja su
risa impía
Burlándose
en el cristal.
Nube roja
cual flechazo
Que
enturbiara mi razón.
Afrenta...cruel
latigazo
Que me
hirió sin compasión.
La locura
armó mi brazo
Quise
vengar la traición,
Y allí
nomás, amigazo
¡Se hizo
sangre el corazón!
Un barrio
que está dormido:
Es
Pompeya. Un terraplén.
Un amor
juega escondido...
Un
bandoneón, en gemido,
Se está
quejando del tren...
Desde lejos
he seguido
Tus
codillos de almacén,
Aquel
dulce amor perdido...
Si es tu
recuerdo querido
Que me
sirve de sostén...
Estamos en
un danzón
Que nos
iguala a porfía,
Este mundo
es porquería
Que nos
mezcla en el turbión.
Ya no
existe escalafón,
Estamos en
la locura,
Vale
honrao como ladrón
Vale un
rante como un cura.
Un
Carnera...un Napoleón...
Todo es
cosa de ambición
Color
blanca o azabache,
¡Si parece
algún rincón
de vidriera
´e cambalache!
Yo robé
por tu querer
Y maté por
tu pasión,
Y el santo
Dios al saber
Que fue
por una mujer
Quizá me
otorgue el perdón...
Pero vos,
que al corazón
Le
vendiste su caudal
Y entregaste
el puñal
Por
vanidad y ambición
En manos
de mi rival
Y me
mandaste a prisión.
No podrás
tener perdón
Allá en el
juicio final...
Sin
embargo, por mi mal
Será el
mismo mi desdén
Cuando me
ofrezca el Edén
Pues
así... ¡te quiero igual!
EL CIRUJA
Bandoneón de aquellos días
Por el Café Nacional,
Que hoy es clima fantasmal
De grandes alegorías.
Pireca, Spina, Vardaro
Y el vate Alfredo Marino,
Entreveraos en destino
De tangueros sin sparo.
Así nació aquel Ciruja
Eternizado en el tango,
Entre los nombres de rango
Hijo de dos manos brujas.
En el hondo contraluz
De Buenos Aires perdida,
Briya la pinta florida
Del “morocho” de la Cruz.
Mis amigazos del grone
Bancamos la media raya,
De ese tangazo que taya
En todos los bandoneones.
Con la suerte del que es hombre
Derecho como el fueyero,
Todo gotán, todo entero
Corajeando con su nombre.
Juan Carlos La Madrid
Blanco
pañuelo bordado
Trama
sutil de ilusión,
Con desdén
lo has despreciado
Sin pensar
que era obsequiado
Con todo
mi corazón.
Cuando el
tiempo haya pasado
Y en tu
vida sea un borrón,
Aquel
pañuelo bordado
Me tendrá
siempre amarrado
Por tu
nombre y mi pasión.
Justo, a
los catorce abriles
Al mundo
fuiste a correr,
Y el
brillar de tus candiles
Se apagó
al envejecer.
Es mejor
que te jubiles,
No tenés
nada que hacer
¡Si
conozco tus perfiles
Que yo a
vos te vi nacer!
No lo
busque el corazón...
Que no lo
ansíe tu pena
Que no
llore tu alma buena
Que cese al
fin tu oración .
Que no
sepa tu emoción
Que la
desgracia te acusa
¡Que tu
amor, gitana rusa
Se arrojó
una noche al Don!
Era aquel
reto mortal
Hermano
frente al hermano...
Y se cobró
aquel paisano
La
traición de su rival...
Mas no
quiso su final
Y viendo
que en el caído
No era tan
grave su mal,
Miró al
cielo agradecido.
Y a la
indigna que ha querido
Que mató
sus ilusiones
La dejó
junto al herido
Mientras
su rostro curtido
Surcaban dos
lagrimones...
¿Qué te
pasa, pizpireta?
¿Desengaños
que has sufrido?
¿Dejaste
de ser coqueta?...
¡Dime
quién es que te ha herido!
Yo
también, que soy poeta
Por
recuerdos fui vencido,
Un perfume
de violeta
Tu amor de
muchacha inquieta
¡Pesar de
haberte perdido!
JULIO SOSA
Brilla una luna de tango
Sobre su frente dormida.
Pasó entero por la vida,
Se llamó El Varón del Tango
Siempre la pena que acosa,
Tendrá un gusto gris-amargo,
Mas digo aquí, sin embargo,
Que no ha muerto Julio Sosa.
Sigue vibrando en canciones
De arrabal entristecido,
Con el estilo sentido
De sus propias emociones.
Duerme una luna de tango
Sobre su mano vencida.
Pasó entero por la vida
Se llamó El Varón del Tango.
Julián Centeya
Vengan
todos a escuchar
Esta
milonga de ayer
Vengan
todos a bailar
Y
acompáñenme a beber.
Que si es
falso este soñar
Entre el
champán y mujer
Quiero mi
vida apurar...
Que mañana
al despuntar
¡Será un
nuevo amanecer!
Eras flor
del barrio aquel,
Del París
de la ilusión.
Tras de un
cariño el joyel
Partiste
con tu pasión
Más fue
falso el oropel
Que te
envolvió en el turbión,
Y de
aquella “madmuasel”
Hoy queda
“madam” Ivonne.
Todo
guarda tu emoción:
El piano,
el jardín, la luna...
Tus risas y
tu canción
Van
cayendo en mi oración
Como
gotas, una a una...
Ansias de
mi corazón
Que un
triste adiós infortuna,
Yo sé que
en tu religión
No habrá
nunca una ilusión...
Pues como
“aquella”... ¡Ninguna!
Luce
silueta diquera
El convoy
con su tanguear,
Y una piba
retrechera
Con su
pilcha dominguera
Está
“pidiendo” bailar...
Un ensayo
de quimera
Dice un
fueye al balbucear,
Y un guapo
garabo espera,
Que la
sombra de una ojera
Tiña de
azul su penar.
Llevo en
medio del dolor
Una verdad
que es consuelo
Que me
alienta en mi desvelo,
Que
entibia mi sinsabor.
Las gentes
con loco ardor
Se burlan
crueles de mí,
Y no ven
que en mi fervor
La verdad
tiene el color
De
verdad... ¡Príncipe fui!
Tuve un
hogar y un amor.
Sigan
pasando el declive
De las
farras el sendero
Que algo
muy grande me inhibe
¡Yo que
siempre fui el primero!
La dicha
el amor exhibe
Se perdió
ya el compañero
Porque
ahora tengo un pibe
¡Que me
tiene prisionero!
Sos un gil
embanderado
Que al
mundo creés arreglar,
¡Avívate,
che palmado!
Que el que
las tira de honrado
Es el que
puede lastrar...
La moral...
es al contado,
¡No vengás
a predicar!
Convencete
que al pasado
Hoy lo
venció el postulado
¡Qué
vachaché... de morfar!...
Te juré
que te quería
Y al
cotorro arrabalero
Te llevó
esta dicha mía.
Y el bulín
en su alegría
Se puso
lindo y diquero.
Hoy el
olvido fulero
Me dice
cuánto he sufrido
Me dice
cuánto he querido
¡Y te
juro... estoy cabrero!
Locura de
carnaval
Tristeza
en mi corazón
Que disipa
la ilusión
Con su
risa de cristal.
¡Estás
linda! Vas triunfal
En tu raro
“carrusel”...
Nuestro
amor es madrigal
¡Princesita
de papel!
(Alberto Castillo)
Corazón que canta...
Lo llama la muchachada
Mejor dicho la juventud,
Sensible a los gorjeos de su voz
Que sabe ganar la plenitud.
Dinámico, expresivo en su atención
Cordial para elevar la melodía,
Intérprete genial de la canción
Haciendo resaltar su simpatía.
Todo vibra
en tu emoción
¡Tango
rante de arrabal!
Todo el
bien y todo el mal,
Miseria,
lujo y pasión...
Cuando
rueda tu canción
Se siente
pena, alegría...
Pues tu
canto es sinfonía
¡De todo
un gran corazón!
¡Tango de
la guardia vieja!
Tango
guapo y compadrón...
Que
embrujó el corazón
Con su
compás cadencioso
Es su
acento melodioso
Y letra
sentimental
Nostalgias
del arrabal
Del tiempo
viejo florido
Que se perdió
en el olvido
Con su
empilche de percal...
Con brillo
de tus solapas
Diste
lustre a mi vivir,
Las
milongueras más papas
Te dijeron
su sentir.
¡Viejo
smoking! Hoy te empapas
Con llanto
de mi sufrir
Si
amarrado a tus solapas
¡Me voy a
dejar morir!
No le
creas al amor
Que el
mundo es una mentira.
Hazte
fuerte en el dolor
Aunque
veas que el alma expira.
Jamás
muestres tu amargor,
Que la
gente nunca estira
Ni una
mano... ni un favor...
Te
mirarán... de estribor,
Y te
dirán... ¡Yira...yira...!
Blanca
huella, compañera
Que
siempre me ves pasar
Donde la
ingrata altanera
Me hizo
sentir y llorar...
El buey
conoce mi espera
Y en la
carreta al marchar
Mira tu
senda al buscar
Los pasos
de la “cualquiera”
¡Que no
supiste dejar!
Las que no están firmadas al pie específicamente,
pertenecen al libro “555 glosas en verso” cuyo autor es Mario Alberto Molins,
editado el 17 de marzo de 1947 (Tall. Graf. Giagante)
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