ESTAMPA TANGUERA
Temblaron las glicinas, los músicos callaron
Y aquel baile de patio de pronto enmudeció,
Una mujer vencida llegando hasta su hombre
Con voz entrecortada, de esta manera habló:
-“No vengo a reprocharte tu ausencia de mi nido
ni a suplicar cariño... lo nuestro terminó,
yo vine por tu hijo, por si llegás a tiempo
el pibe se nos marcha camino del Señor”.
-“El pibe, nuestro hijo se nos muere
vos sabés cómo te quiere y llorando me pidió:
Decicle, decile que yo lo llamo
que tengo fría las manos y en el pecho mucha tos...
El pibe... se ha quedado con tu madre
por favor no llegues tarde
si aún querés darle un adiós,
te espera, sólo vine para eso
corré pronto a darle un beso,
si aún te queda corazón”
Del brazo de la otra se desprendió el malevo
Y el patio de ladrillos temblando lo cruzó,
Y esa mujer vencida, sin fuerzas, vacilante
Se fue tras de sus pasos, soltando un lagrimón...
Se oyó
Tras una nube negra la luna se ocultó,
Y fue por vez primera, que en ese viejo patio
Mientras lloraba un tango, ninguno lo bailó...
Letra : Reinaldo Yiso (Reinaldo Ghiso)
Música : Anselmo Aieta (Anselmo Alfredo Aieta)
Grabado por Edmundo Rivero con acompañamiento
de orquesta.
Grabado por Rodolfo Lesica con acompañamiento
de orquesta.
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