EL CUCHILLO CABO BLANCO
(vals)
Era
una noche, clara y pura
Más
o menos a tres leguas de esta estancia,
Solitario,
el camposanto se levanta
Pa´
dejar ver, la triste figura.
Tiñe
el claro de luna, la hermosura
Y
una niña, ante una tumba sollozaba,
Y le
oí de esta frase, murmuraba
Mezclada
de dolor y de ternura:
Dime
madrecita, pa´ qué te juiste
Dejándome
solita y sin amparo,
No
ves tú, mamita, sufro mucho
Para
qué te me juiste de mi lado.
Ya
el zorzal y los pájaros se callan
Tuitos enmudecieron en
su canto,
Es
que te extrañan, mamita, te lo juro
Lo
que se ven tan solitos en el rancho.
Hasta
el cuzco overito que jugaba
Alrededor
tuyo, tuitas las mañanas,
Sólo
llora, camina y se detiene
Dejando
el pobrecito, caer las lágrimas.
Me
da pena, mamita, ver el patio
Las
madreselvas, los jazmines y la hortensia,
Se
están amarillando, si parece
Que
también las plantas sufren por tu ausencia.
Ya
más vivir, no puedo, y a seguirte
He
venido hasta tu tumba, madre,
Trayendo
el cuchillo cabo blanco
Ricuerdas, fue el regalo
de mi padre.
Él
me dijo: “Guardalo hasta que muera
Puede
ser que algún día te haga falta”,
No
ha mentido, mamita, y es bien cierto
Porque
con él, yo termino mi disgracia.
Y
yo al verla caer, me fui corriendo
Y a
su lao estuve como un rato,
Sólo
creí que fuera un desmayo
Por
lo tanto que estaba allí sufriendo.
Al
verla parecía estar durmiendo
La
levanté y fue tal mi espanto,
Pues
tenía el cuchillo cabo blanco
Clavao en su pecho ya
sangriento.
Letra : ?
Música : ?
Grabado
por Domingo Rocatti con acompañamiento de guitarras.
(letra obtenida de la grabación)
(colaboración enviada (grabación) desde Las Rosas, por el
amigo Oscar Lanza. 08-2018)