EL ÚLTIMO JUGLAR
Saldrá no sé de dónde, con
su cabello al viento,
Con su vieja guitarra, su
estampa de juglar,
La risa dulce y franca, la
barba larga y blanca
Los ojos que parece que
miran más allá.
Tomará por Corrientes - igual
que en otros días -
Buscando la poesía de aquel
café “La Paz”,
Yo sé que vos, oculto
detrás de algún recuerdo
Con aire “posmoderno”, tras
él también irás.
Revivirá los versos de
Hernández, de Neruda...
Hablará de Lisandro, de
Artigas, de Guillén...
Lo mirarán con pena. Irán
en pos de ayuda
Para que alguien se ocupe
del pobre loco aquel.
Entonces, lentamente, se
irá camino al río
Con su cabello al viento,
su estampa de juglar,
Yo lo veré perderse como si
fuese mío
Y un raro escalofrío por mi
alma correrá.
Más tarde ya Corrientes, se
quedará desnuda
Sin sueños ni ternura, sin
nada en qué pensar,
Tan sólo unos purretes
revolviendo basura
... ¡Pero cantando versos
del último juglar!
Vendrá una Tarde Buena. Y llevará
sus pasos
Al encuentro imposible con
el cine “Lorraine”,
La vana caminata buscando
librerías
Que han sido convertidas en
bingo y “videogames”.
Al llegar a Esmeralda, con
ansia de reencuentro
Un estacionamiento le
quebrará la voz,
El pedirá un momento de
bronca y de silencio
Que honre la memoria feliz,
del “Odeón”.
Y vos y yo, en tanto,
“primermundoanizados”
Nos haremos los sordos, - papel
que actuamos bien -
Para que no nos duelan los
rumbos olvidados
Ni los sueños arriados en
pos no sé de qué.
Letra : Ernesto
Pierro
Música : Saúl Cosentino (Saúl Alfredo
Cosentino)