FUJIYAMA
La luna del agosto pintó
los crisantemos,
Cruzamos tu paisaje de
juncos y sen-sen,
Yo te canté mis tangos con
voces de Riachuelo
Vos, en la estera aquella,
¡Me preparaste el té!...
Y, entonces, las pagodas
doblándose en los techos
Me dieron el misterio de un
tiempo sin vejez,
Mirando al Fujiyama
brotaron los almendros
Los sueños y los besos...
¡Que ya no pueden ser!...
¡Fujiyama!
Que me llama con su llama
Desde el dulce panorama...
¡Fujiyama!
De las nieves silenciosas,
Como el alma de las cosas
Y mi drama...
¡Fujiyama!
Centinela del amor que me
era fiel
Voy a volver algún día,
Con un gorrión de vigía
Sobre un barco de papel...
¿Sabrán las golondrinas que
ya brotó el cerezo?
¿Que está la misma luna
prendiendo su quinqué?
¡Y que en el Fujiyama, la
rama de un recuerdo
me llama... me llama...
llama, tocando el Shamisen...!
Letra : Cátulo
Castillo (Ovidio Cátulo González Castillo)
Música : Aníbal
Troilo (Aníbal Carmelo Troilo)
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