FELISA TOLOSA

(vals)

 

 

Gambeteaba la pena en sus ojos

Y en su cara color tierra ciena,

Las miradas de angustia cruzaban

Jineteando detrás de la pena.

Se llamaba Felisa Tolosa

Y era gaucha con nombre prestado,

El “Felisa” lo había pedido

Y el “Tolosa” lo había inventado.

 

Nunca tuvo ni donde morirse

Nunca supo lo que era alegría,

Y llorando la vieron mil veces

Los caminos de la serranía.

Nunca pudo besar una mano

Paternal, que le hiciera un halago,

De sus hondos pesares sabían

Los gorriones y perros del pago.

 

Pasa un día, que vino un resero

De bombacha y pañuelo floreado,

Y un suspiro de fuego en la oreja

Le dejó, como un aro colgado.

Se encontraron de frente a la luna

De suspiros, volaron bandadas,

Y domaron sus bocas a besos

Esa noche, dos almas trenzadas.

 

El resero dejó a la Tolosa

Y ninguno su nombre ha sabido,

El resero se fue para siempre

Y enancado llevaba el olvido.

Y hoy Felisa Tolosa lo espera

En su pirca, sonriente, dormida,

Y a su lado, prendida del pecho

Tironeando, se ve una guachita.

 

Letra : Luis César Amadori e Ivo Pelay (Guillermo Juan Robustiano Pichot)

Música : Raúl de los Hoyos  (Raúl Joaquín de los Hoyos)

 

Grabado por la orquesta de Alfredo De Ángelis con la voz de Carlos Dante. (sello Odeón Nº 51. 632, el 25-10-1954)

 

(letra obtenida de la grabación)

 

 

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