EL HOMBRE DEL FUEYE

 

 

 

Recitado:

Está sentado con su mágica jaula

Acunada en las rodillas,

De pronto un reflector se enciende

Y de alguna manera lo deja,

Como si fuera una mariposa

Pinchada en su círculo de luz.

Y entonces...

 

Como una dura luna, de fasos y ginebras

El foco solitario, lo tiene aprisionado,

Sí, está sentado y solo y en medio de la gente

Con los ojos cerrados, y sueña... sueña...

 

Mirando para adentro, se inventa los paisajes

Las pibas veinteañeras que adornan las esquinas,

El rostro de Griseta, la barra de Barquina,

De Pepe, de Catunga, los versos de “barbeta”.

 

Y más atrás aún, desde la infancia,

Soler y Gallo al sur, parece ayer,

Regresa de su estrella, la voz que no ha olvidado

La tierna voz aquella, que siempre lo llamaba...

“Pichuco...”

La voz que no se cansa de volver...

 

Ese hombre gordo y fueye, tiene la desventaja

De ser una leyenda guardada en una caja,

¡No!, Pero no importa nada, en medio de la gente

Frasea su nostalgia, y sueña... sueña...

 

Letra : Federico Silva  (René Federico Silva Iraluz)

Música : Armando Portier  (Armando Francisco Punturero)

 

Grabado por Omar Giacosa con el acompañamiento de Luis Pasquet.

 

(letra obtenida de la grabación)

 

 

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