CALANDRIA
(III)
Era Calandria un cantor,El barrio así lo llamaba,Porque en el alma llevabaFresca y dulce una canción.Era un gentil trovadorY era el cantor, un zorzal,Que volcaba en sus cancionesTodo el arte más popular. Ninguno como él sabía cantarLas penas de amor en el arrabal,La pena un día su alma amargóLo hirió el desprecio de una mujer,Su barrio entonces abandonóY rumbo a París, Calandria se fue.El arrabal entero lo lloróY el barrio aquel que lo vio nacer,Vistió de duelo y enmudecióSabiendo tal vez, que no iba a volver. Solo, lejos, con su penaUna noche muy oscura,Se metió en una aventuraQue la vida le costó.Dos “macró”, en un callejónGolpeaban a una mujer,Él la quiso defenderY al montón atropelló. Porteño de ley, Calandria peleóPor una mujer, por ella murió.Y aquel que siempre supo llevarEn su alma una tierna canción,También sereno supo afrontarLa muerte como un valiente varón.Mas antes de morir vio pasarSu barrio como una dulce visión,Cuando él alegre iba a cantarComo una calandria, trovas de amor.
Letra : Juan Andrés Caruso
Música : Luis Teisseire
Grabado por Carlos
Gardel con guitarras. (sello Odeón Nº 18.171) (1926)
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