NO HABLES MAL DE LAS MUJERES

(1947)

 

 

¡No hables mal de las mujeres!
Que hasta tiembla Dios, que escucha,
Porque Él sabe que tú caes, en fatal murmuración.
¡No hables mal de las mujeres!
Que sin ellas en la lucha de la vida,
Flaquearía sin cesar, el corazón.
¡No hables mal de las mujeres!
Que retemplan nuestros pechos
Con caricias y ternuras y con magia celestial,
Y la vida nos adornan, cual finísimos helechos.
¡No hables mal de las mujeres, que no saben hacer mal!
 
Ellas aman porque saben que en amar está la vida,
Ellas aman porque cumplen su misión de humanidad,
Porque sueñan, porque sienten su alma noble enternecida,
Pero sienten, sueñan y aman, con suprema idealidad.
Son confiadas pero el hombre, las arranca de su plinto
Y en lugar de ser su guía, su guardián y su instructor,
Le promete el sol, el cielo, de un amor que nace extinto
Porque sólo es simulacro de galán conquistador.
 
¡No hables mal de las mujeres!
Que su savia nos brindaron
Y nos dieron de sus ansias, lo más puro y lo sin par,
Y por darnos una vida, con la muerte se enfrentaron
Con la muerte, que a sus almas ni siquiera hizo temblar.
¡No hables mal de las mujeres!
Aunque el odio te taladre,
Aunque rabies de despecho y te muerdas de rencor,
Que una de ellas te dio vida y una de ellas fue tu madre
Y una de ellas te hizo un hombre, con trabajo y con amor.

 

Letra : Deingenero Carrillón  (Antonio Nápoli)

Música : Alberto Margal  (Alberto Natalio Cappa)

 

Grabado por Alberto Margal con acompañamiento de guitarras.

 

 

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