DESDE EL TABLÓN
(1971)
Llené mi pecho con el aire del potrero
Le di a la mala con la leña del tablón,
Y fue mi canto un estribillo futbolero
El primer canto que grité de corazón.
No tuve nunca quien me diera mejor fiesta
Que los domingos esperados como el sol,
Y este delirio de seguir mi camiseta
Y la alegría reventando en cada gol.
Si mi mejor juguete, fue redondo
Y mano a mano, nadie pudo más,
Porque al final de cuentas sólo tuve
Esa posible forma de ganar.
Mi infancia caminó por aquel cielo
Por tanto barro que debió esquivar,
Y todos los domingos vuelvo y vuelvo
Por el desquite que la vida no me da.
Yo vi los goles que se cuentan a los nietos
Y las pifiadas que dan ganas de olvidar,
Rompí el carnet cuarenta veces, eso es cierto
Pero por eso no me han visto desertar.
Porque tuve berretines goleadores
Y de este lado del alambre los colgué,
En cada grito voy soltando los mejores
Pedazos de alma, que rodando amasijé.
Letra : Héctor Negro (Ismael Héctor
Varela)
Música : Osvaldo Avena
Grabado
por Miguel Montero con el acompañamiento de la orquesta de Ángel Domínguez.
(1972)