SUBLIME ADORACIÓN

(vals)

 

 

Madre de mi corazón, eres mi dulce amor

Eres un ángel de luz que mi sueño veló,

Hoy te ha venido a cantar el que siempre te amó

Porque a tu imagen, madre,

La llevo en mi corazón.

Con el cariño más fiel que se puede sentir

¡Así siempre te amaré, porque amar es vivir!

Y le voy pidiendo a Dios en sublime oración...

Las madres que son buenas

Nunca deben morir...!

 

Madre: cuando me abruma el dolor

De un castigo fatal,

Busco tu cariño maternal

Que calma mi aflicción.

Madre: con inefable amor

Fueron tus besos para mí,

Y hoy, feliz tiene el corazón

Un altar para ti,

Donde yo siempre te adoraré

Como se quiere a Dios.

Madre: cuando percibo tu voz

Siento en el alma un edén,

Porque eres la sublimidad

Eres perfume de la flor,

Pureza, la fe, la bondad,

Paz, ternura y amor.

 

Madre de mi corazón, mi vida fue un edén

Fue tan feliz mi niñez que un canto celestial

Era tu canto de amor, madrecita ideal,

Y el lirio de tus manos

Fueron ternura y amor.

Hoy, quiero madre otra vez sentir ese calor

De tu beso maternal con celestial pasión,

Y si de ti me alejé en pos de una ilusión

Tu idolatrada imagen

La llevo en mi corazón.

 

Letra : José Joaquín Muñoz

Música : Carlos Minacore

 

(partitura edición c. 1944)

 

 

AtrásMenú Principal