QUE NUNCA ME FALTE
(I)
La tormenta
de los años ha blanqueado tu cabeza
Madrecita de
ojos vivos que suspiras para mí,
Y ha llegado
Santa Rosa, que es el día de tu santo
¡Y yo quiero
darte un beso como nunca te lo di!
Los jardines
son regados por el hada vaporosa
Viene ya la
primavera, otro invierno sucumbió,
Y en el
mundo, madre mía, todo se viste de rosa
Cual si
cantara tu nombre como feliz canto yo.
Que nunca me
falte tu tierna caricia
Mi vida
precisa sentir tu calor,
Que nunca me
falte la luz de tus ojos
Que aclaran
mis noches de cruento dolor...
Que nunca me
falte tu voz de consuelo
¡Oh, madre
querida!... ¡Tú alivias mi mal!
Porque te
aseguro, si llega ese día
También con
tus alas quisiera volar.
Noble
cabecita blanca como pedazo de luna
Que iluminas
mis tinieblas y a mi pecho das calor,
No sabés cómo te quiero, tú eres toda mi fortuna
Y mis horas
son felices bajo el manto de tu amor.
Y en el beso
conmovido que en tu frente deposito
A Dios quedo
agradecido... lleno de felicidad...
No hay cariño
como el tuyo y tu amor es infinito
Pues tu
nombre, madre mía, es amor de eternidad.
Letra : Héctor Marcó (Héctor
Domingo Marcolongo)
Música : Héctor Morales (Héctor
Urbano Díaz)
Grabado
por la orquesta de Pedro Láurenz con la voz de
Alberto Podestá. (sello Odeón, 22-09-1943)
Grabado
por la orquesta de Ricardo Tanturi con la voz de
Enrique Campos.(sello RCA, 17-11-1943)
Presumiblemente,
a esta letra la tuvo que escribir Marcó adaptándola a las exigencias de la
censura (1943-1949)
ya que ambas
fueron grabadas dentro de ese período, no así las grabaciones de Oscar Alonso y
Pugliese-Morán
que fueron anterior
y posteriormente grabadas. (ver letra II)
A
“Letras” A “Autor” Menú Principal