POBRE ZORZAL
Madre de mi alma
Alcance mi guitarra
Si ya no tengo nada
Si ya puedo cantar,
No quiere que me vaya,
Ya sabe que mi madre
Me puede precisar.
Déjeme que cante, mi viejita
querida
Si ya no estoy enfermo
Si ya no sufro más...
¿No ve que estoy contento?
No ve que en mi garganta,
Me está pidiendo riendas
El alma de un zorzal.
Habló sin fuerzas, aquel
jilguero
Llevó sus dedos al diapasón,
Y en un esfuerzo, tal vez
postrero
Puso en los labios una
canción...
Y ya vencido, pobre muchacho
Besó a la madre con más
fervor,
Y en el delirio de su alma
enferma
Siguió gimiendo casi sin
voz:
Mi viejita buena, reclínese
a mi lado
Y escuche este tango que
acabo de ensayar,
Ya lo verá que pronto
Junto con los muchachos,
Lo oirá en las audiciones
Donde yo iré a cantar...
Póngame esa manta, qué frío
me está entrando
Qué oscuro se ha puesto
No encuentro el diapasón,
No sé lo que me pasa
Se anuda mi garganta,
Qué frío, madrecita
Me tiembla el corazón.
Letra y música
: Juan Bautista Ciliberti