PIEDAD

 

 

 

La tarde agonizaba, la noche se extendía

De un templo, las campanas, llamaban para orar,

Cuando una joven triste, de rostro demacrado

Con gesto resignado se inclina ante el altar.

 

Hay un profundo dolor

En su palidez mortal,

Sus ojos dicen claro

Que lloran sin cesar...

 

¡Ruego

por el hombre que yo quiero!

Dice

Con amargo sinsabor,

¡Ruego

por su vida que es mi vida!

¡Oye

esta plegaria de amor!

¡Ruego

por el hombre que me has dado!

Por quien

Nunca más podré olvidar.

¡Lloro

porque ahora me lo quitas!

Para

Toda una eternidad.

 

La noche silenciosa, tendió su negro manto

El templo, solitario, parece ya quedar,

Cuando una triste queja, se escucha en el espacio

Que dice, sollozante: ¡Piedad, Señor... piedad!

 

Letra : Luis De Biase

Música: Carlos Percuoco

 

Grabado por Carlos Gardel con acompañamiento de guitarras.

 

                       

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