PAN
(1932)
Él sabe que tiene para largo rato,
La sentencia en fija lo va a hacer sonar;
Así, entre cabrero, sumiso y amargo
La luz de la aurora lo va a saludar...
Quisiera que alguno pudiera escucharlo
En esa elocuencia que las penas dan,
Y ver si es humano querer condenarlo
Por haber robado... ¡Un cacho de pan!
Sus pibes no lloran por llorar
Ni piden masitas
Ni dulces, ni chiches, ¡Señor!
Sus pibes se mueren de frío
Y lloran hambrientos de pan.
La abuela se queja de dolor,
Doliente reproche que ofende a su hombría,
También su mujer...
Escuálida y flaca,
En una mirada
Toda la tragedia le ha dado a entender.
¿Trabajar? ¿Adónde? Extender la mano
Pidiendo al que pasa, limosna, ¿Por qué?
Recibir la afrenta de un “perdone, hermano”
Él, que es fuerte y tiene valor y altivez.
Se durmieron todos, cachó la barreta
Si Jesús no ayuda, que ayude Satán,
Un vidrio, unos gritos, carreras, auxilio,
¡Un hombre que llora... y un cacho de pan...!
Letra : Celedonio Esteban Flores
Música : Eduardo Pereyra (Eduardo Gregorio
Pereyra, el “Chon”)
Grabado por Carlos Gardel con acompañamiento
de piano y violín. (22–07–1932, en Barcelona)
Grabado por la orquesta de Horacio Salgán con
la voz de Roberto Goyeneche.
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