NO LE DIGAS QUE
Suena, tango quejumbroso, compadrón y callejero
Como suena en la tristeza, mi abatido corazón,
Y si ves a mi querida, no le digas que la quiero
Porque ya me da vergüenza de pensar en su traición.
Suena tango y si con otro, ves que baila a tu sonido
No le digas que me oíste tu rezongo acompañar,
Yo no quiero que ella sepa las angustias que he sufrido
Y que desde aquella tarde no hago más que sollozar.
¡Tango! Melancólico testigo
Y el único amigo
De mi soledad.
¡Tango! En las vueltas del destino
Quizá en mi camino
La vuelva a encontrar.
Para entonces, sin rencores ni deseos de venganza
Mi perdón le dará abrigo y el lamento musical,
De este tango hecho a jirones de dolor y de esperanza
Será el grito que la acuse de haberme hecho tanto mal.
Suena, tango quejumbroso, compadrón y callejero
Como suena en la tristeza mi abatido corazón,
Y si ves a mi querida, no le digas que la quiero
Porque ya me da vergüenza de pensar en su traición.
Letra : Alberto Vacarezza (Bartolomé Ángel
Venancio Alberto Vaccarezza)
Música : Enrique Delfino (Enrique Pedro
Delfino)
Grabado por la orquesta de Aníbal Troilo con
la voz de Francisco Fiorentino.
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