LA ÚLTIMA CURDA

(1956)

 

 

Lastima, bandoneón, mi corazón,

Tu ronca maldición maleva...

Tu lágrima de ron, me lleva

Hasta el hondo bajo fondo

Donde el barro se subleva.

Ya sé, no me digás, ¡Tenés razón!

La vida es una herida absurda

Y es todo, todo, tan fugaz

Que es una curda, - nada más -

Mi confesión...

 

Contame tu condena,

Decime tu fracaso

No ves la pena que me ha herido.

Y hablame simplemente

De aquel amor ausente

Tras un retazo del olvido...

¡Ya sé que te lastimo!

¡Ya sé que te hago daño!

Llorando mi sermón de vino.

Pero es el viejo amor

Que tiembla, bandoneón...

Buscando en un licor que aturda,

La curda que al final

Termine la función,

Corriéndole un telón, al corazón...

 

Un poco de recuerdo y sinsabor

Gotea tu rezongo lerdo.

Marea tu licor y arrea

La tropilla de la zurda

Al volcar la última curda.

Cerrame el ventanal

Que quema el sol

Su lento caracol de sueño.

No ves que vengo de un país

Que está de olvido, siempre gris,

Tras el alcohol...

 

Letra : Cátulo Castillo  (Ovidio Cátulo González Castillo)

Música : Aníbal Troilo  (Aníbal Carmelo Troilo)

 

Grabado por la orquesta de Aníbal Troilo con la voz de Edmundo Rivero.

 

 

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