Su vida fue del tango, estaba en ella
Su música sensual la conmovía,
Igual que
Le confiaba sus penas y alegrías.
La calle, el cafetín, el baile turbio,
La ochava de la esquina, el viejo ciego,
Fueron su reino, el reino del suburbio
Maestro de Carriego, el soñador.
¡La tango!...
Fue reina y fue percal,
Su pureza de diosa sobre el fango
Nadie pudo manchar.
¡La tango!
Fue reina y fue percal,
Era una luna en el charco
Un tango y nada más.
¿Su nombre? ¿Para qué?, Dado al olvido,
Vaivén sin fin, mordaz, que el tiempo teje,
La sentirán así como ella ha sido
Filigrana y compás, ritual hereje.
Ella era así nomás, tango su vida,
Cantar de bandoneones por sus venas,
Una mujer jamás irredimida
Con su pasión, su llanto y su dolor.
Letra : Alberto Echagüe (Osvaldo Juan de Dios Rodríguez Bonfanti)
Música : Irazal (Carlos Ángel Lázzari)
Grabado
por la orquesta de Juan D´Arienzo con la voz de Alberto Echagüe.