LA NOVENA
(1933)
La ciudad bosteza, al
atardecer
Envuelta en las sombras del
anochecer,
Campanas de bronce, las
voces de Dios
Anunciando la novena
Se oyen cual deber sagrado
Con el toque acompasado de
oración...
Viejitas y muchachas desfilan
hacia el templo
Santuario de las almas que
descansan en paz,
Hilvanan un rosario de penas
y recuerdos
De hermanos, padres, novios,
que ya no volverán.
Los fieles, de rodillas,
elevan hacia el Cielo
Plegarias a la Virgen y
súplicas a Dios...
Y mientras en voz baja,
dicen “Ave María”
El padre sermonea desde el
altar mayor.
Recitado:
En un rincón del templo,
hincada y sollozando
Una viejita humilde que
llora de dolor,
Son lágrimas de su alma las
cuentas del rosario
Y es infinita angustia la de
su corazón...
Respetan esa pena los que
saben la historia
Y en su dolor sagrado
repiten la oración:
“!Señor... yo tuve un
hijo... pero vino la guerra
me lo pidió la Patria... y
nunca... nunca más volvió!”
Lo esperó con ansias, en su
soledad
Y con su retrato se ponía a
llorar,
Lo esperó con ansias, ¡Pero
no volvió!
Los que han vuelto le
contaron
Que en la guerra lo mataron
Abrazado a su bandera con
valor...
Letra :
Alfredo Bigeschi
Música :
Miguel Bonano
Grabado por
Oscar Alonso con acompañamiento de orquesta.
Grabado por
Charlo con el acompañamiento de la orquesta de Adolfo Garbelli. (26–06–1933)
(partitura
edición 1944)
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