HERMANA
(vals)
Te debía este
vals y aquí lo tienes
Tan simple como
el mundo de tus horas,
Un pequeño
regalo que no quiere
Más que darte
las gracias de esta forma.
¡Oh, no llores!,
Si el vals tomó tu nombre
Fue al fin
porque eres buena y tolerante,
Como nadie
entendiste mis dolores
Y creíste en mis
sueños como nadie.
¡Hermana!
¡Hermana!
¡Qué atrás quedó
la niñez!
El viejo rancho
que amabas (la vieja casa que amabas)
Y el río largo
ante él. (y
yo jamás olvidé)
Tu pelo y el mío
Prometen un
gris,
¡Acaso el otoño
ya esté por aquí!
¡Hermana!
¡Hermana!
Rondita tibia y
cordial,
Abre las manos y
guarda
La rosa azul de
este vals.
Sin embargo, hay
un cargo que me abrasa
Pues nunca
penetré en tus inquietudes,
Y no fui, alguna
vez, la voz que ansiabas
Si un pesar te
envolvía entre las nubes.
Mas, con todo,
jamás oí tus quejas
Y siempre tus
desvelos me auxiliaron,
En las noches
inciertas de la espera
Cuando todo
encendía el desencanto.
Letra : Eugenio Majul
Música : Miguel Roberto Abrodos
Este vals fue dedicado por Eugenio Majul a su hermana María Julia
y los dos versos que están entre paréntesis son los
originales.
(datos
proporcionados por el amigo Roberto Mancini. 11-2013)
Grabado
por la orquesta de Alfredo De Ángelis con la voz de
Juan Carlos Godoy.
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