GALLEGUITA
(1924)
Galleguita, la divina
La que a la playa argentina
Llegó una tarde de abril
Sin más prendas, ni tesoros
Que tus negros ojos moros
Y tu cuerpito gentil.
Siendo buena, eras honrada
Pero no te valió nada
Otras cayeron igual.
Eras linda, galleguita
Y tras la primera cita
Fuiste a parar al Pigall.
Sola y en tierras extrañas
Tu caída fue tan breve
Que como bola de nieve
Tu virtud se disipó...
Tu obsesión era la idea
De juntar mucha platita
Para tu pobre viejita
Que allá en la aldea quedó.
Pero un paisano malvado
Loco por no haber logrado
Tus caricias y tu amor,
Ya perdida la esperanza
Volvió a tu pueblo, el traidor
Y envenenando la vida
De tu viejita querida
le contó tu perdición,
Y así fue que el mes pasado
Te llegó un sobre enlutado
Que enlutó tu corazón.
Y hoy te veo
Galleguita
Sentada triste y solita
En un rincón del Pigall,
Y la pena, que te mata
Claramente se retrata
En tu palidez mortal.
Tu tristeza
Es infinita...
Yo no sos la galleguita
Que llegó un día de abril,
Sin más prendas
Ni tesoros
Que tus negros ojos moros
Y tu cuerpito gentil.
Letra : Alfredo Navarrine
Música : Horacio Pettorosi (Horacio Gemignani Pettorossi)
Grabado por Carlos Gardel con guitarras.
(1925)
Grabado por la orquesta de Armando Pontier con
la voz de Oscar Ferrari.