EL BULÍN DE LA CALLE AYACUCHO

 

 

 

El bulín de la calle Ayacucho

Que en mis tiempos de rana alquilaba,

El bulín que la barra buscaba

Pa´ caer por la noche a timbear.

El bulín donde tantos muchachos

En sus rachas de vida fulera,

Encontraron marroco y catrera

Rechiflado parece llorar.

 

El “primus” no me fallaba

Con su carga de aguardiente,

Y habiendo agua caliente

El mate era allí, señor.

No faltaba la guitarra

Bien encordada y lustrosa,

Ni el bacán de voz gangosa

Con berretín de cantor.

 

Cada cosa era un recuerdo                       

Que la vida me amargaba,

Por eso me lo pasaba

Cabrero, rante y tristón.

Los muchachos se cortaron

Al verme tan afligido,

Y yo me quedé en el nido

Empollando mi aflicción.

 

Cotorrito mistongo, tirado

En el fondo de aquel conventillo,

Sin alfombra, sin lujo, sin brillo

Cuantos días felices pasé.

Al calor del querer de una piba

Que fue mía, mimosa y sincera,

Y una noche de invierno fulera

Hasta el cielo de un vuelo se fue.

 

El bulín de la calle Ayacucho

Ha quedado mistongo y fulero,

Ya no se oye al cantor milonguero

Engrupido, su musa entonar.

Y en el “primus” no bulle la pava

Que a la barra contenta reunía,

Y el bacán de la rante alegría

Esta seco de tanto llorar.

 

Letra : Celedonio Esteban Flores

Música : José y Luis Servidio

 

Grabado por la orquesta de Aníbal Troilo con la voz de Francisco Fiorentino.

 

(partitura editada el 30-01-1943)

 

 

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