COMO ABRAZADO A UN RENCOR
Recitado:
¡Pobre mozo! Comentaron las
vecinas
Y el varón, ya difunto en el
presagio,
En el último momento de su
pobre vida inútil,
Dejó al mundo el testamento
de estas amargas palabras
Brotadas de su dolor:
Esta noche para siempre
terminaron mis hazañas
Un murmullo misterioso me
golpea el corazón,
Alguien chaira en los
rincones, el rigor de la guadaña
Y anda un “algo” cerca mío,
presintiéndome el adiós.
Los recuerdos, desde lejos,
me persiguen con sus muecas
Una infancia sin juguetes,
un pasado sin amor,
El calor de unas cadenas que
aún me queman las muñecas
Y un cariño que arrodilla
mis orgullos de varón.
Yo quiero morir conmigo
A solas con mi dolor,
Crucificado en mis penas
Como abrazado a un rencor.
Nada le debo a la vida
Nada le debo al amor,
La vida me dio amarguras
Y el amor, una traición.
Que ninguno se me acerque
condolido de mi suerte
Esta pobre vida mía se me
apaga para bien...
No me asustan por perpetuas,
las cadenas de la muerte
Me le entrego mansamente,
como me entregué a la ley.
Sólo a usted madre lejana,
si viviese le daría
El derecho de encenderle
cuatro velas a mi adiós,
De volcar todo su pecho
sobre mi amarga agonía
De llorar sobre mis manos y
pedirme el corazón.
Letra : Antonio
Miguel Podestá
Música :
Rafael Rossi (Rafael Rossa)
Versión
aprobada por Radiocomunicaciones para su libre difusión. Expte. N° 16021.
(partitura
edición 1944)