CARRIEGO

 

 

Tomaste del cielo un puñado de estrellas

Y al mundo arrojaste canciones de amor,

Y triste las manos y los pies en los cardos

Inspirando poemas de llanto y dolor.

 

Tu emoción de suburbio recordó a la enfermita

Que esperando a su novio una tarde murió,

Y también a la otra, la costurerita

Que dio aquel mal paso y nunca volvió.

 

Fue tu alma exaltada un manojo de versos

Que metida en la seda, se arrullaba el percal,

Y en un ansia infinita de rumores dispersos

Pregonando en la senda del bien y del mal.

 

Y una noche sin luna, borrascosa y muy fría

Te alejaste, Carriego, para nunca volver,

Quedó trunca en tus labios la postrer poesía

De perdón y plegaria a una mujer.

 

La página tuya se ha aferrado a mi vida

En aquella en que hablas de un camino sin luz,

Es aquella en que citas muchachas vencidas

Y que has elevado al perdón de Jesús.

 

Letra : Julio Jorge Nelson  (Isaac Rosofsky)

Música : Roberto Nievas Blanco  ((Roberto Higinio Nievas)

 

Grabado por la orquesta de Miguel Caló con la voz de Roberto Arrieta.

 

 

A “Letras   A “Autor    Menú Principal