AQUELLA CASITA BLANCA

(vals)

 

 

Las sombras de la noche nos vieron abrazados

Las brisas de la tarde nos daban su frescor,

Y las floridas rejas de su casita blanca

Pusieron marco a nuestro sentimental amor.

Tejimos nuestros sueños con hilos de ilusiones

Como dos aves mansas echamos a volar,

Y dos viejitas buenas, mirándonos reían

Y en todo florecía amor, felicidad.

 

La pálida viajera que llega y no perdona

La adormeció en sus brazos como a una débil flor,

Y fueron horas negras

Y fueron horas tristes,

Derrumbes de castillos

En nuestro corazón.

Con el adiós postrero sin luz para mi alma

Busqué en lejanos puertos consuelo a mi dolor,

Pero un amor truncado

Que vive y que palpita

Solloza y se lleva en el corazón.

 

Después de tantos años, regreso a ver su casa

Pues quiero consolarme mirando lo de ayer,

Mas todo tan cambiado lo encuentro, que me mata

La fuerza del recuerdo que ya no pudo ser.

Qué sola está su casa... las rejas silenciosas

En el jardín no hay rosas, el viento es un clamor,

Como un mendigo errante, arrastro mi destino

Y voy por el camino como una maldición.

 

Letra : Nolo López  (Manuel López)

Música : Emilio J. Brameri  (Emilio Dionisio Juan Brameri)

 

(partitura edición 1943)

 

 

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