SEGUILO HASTA EL FINAL
Triste
es tu oficio luchar por tu existencia
Vas
arrastrando la cruz de tu penar,
Tu
cruel verdugo te trata sin clemencia
Y
sufres mucho, padeces sin cesar.
Pobre
milonga que sirves de alimento
Al
lobo hambriento de voluptuosidad,
Ellos
te quieren, nomás por un momento
Por
un minuto infame, ¡Señor, cuánta maldad!.
Son
tu “vía crucis” los cafés concierto
Allí
donde los hombres pagan por tu amor,
Entre
carcajadas y piropos ruines
Hieren
a tu almita, sensible de dolor.
Adornas
el ambiente con tu figurita
Alegre
y ruidosa cual un cascabel,
Sos como el payaso de la triste mueca
Tras
de su alegría, se nota su papel.
Hoy
añorando los días de tu infancia
Sentís
deseos de volver a empezar,
No
ves que es tarde, perdiste la fragancia
Las
flores secas no vuelven brotar.
Ciega
en tu rabia, maldices al destino
Pero
es inútil, el tuyo está marcado,
Aunque
llorando busqués otro camino
Tu
vida tiene el suyo, ¡Seguilo hasta el final!.
Letra : Enrique Signorini
Música : Enrique Signorini y Juan Luis Laroca
Grabado por Tania con el
acompañamiento de la orquesta de Alberto Castellano. (sello
Columbia N° A 7004, 1930)
(letra
obtenida de la grabación)