LA BRISA (III)
Era una tarde, corría una brisa,
Muy cálida y suave por la rosaleda,
Cerca del lago, leyendo poesías
Estabas oculta entre la arboleda.
Turbé el silencio, con mis pisadas
Hubo un suspiro y dos miradas,
Era una tarde, corría una brisa
Muy cálida y suave por el rosedal.
Y nos volvimos a ver
En aquel mismo lugar,
Y grabado en un rosal
Está un nombre de mujer,
Como un recuerdo imborrable
De horas vividas de ilusión,
Mientras la tarde moría
Y el sol nos enviaba, un beso de amor.
Aquella triste tarde
Al banco lo vi solo,
No estabas tú sentada
Y esperándome.
He vuelto muchas veces
Teniendo la esperanza,
De ver si te veía
Mas nunca te encontré.
Qué lindo hubiera sido
Vivir nuestros amores,
Vivirlos siempre juntos
Allá en aquel lugar.
Hoy roto aquel encanto
Sólo queda el recuerdo,
De un amor muerto
De nuestro rosedal.
Allá en el banco que nos conocimos,
Voy todas las tardes y cuando anochece,
En el silencio de la rosaleda,
Mi alma de frío y de amor se estremece.
Hay un recuerdo en esta calma
Por eso sufre tanto mi alma,
Allá en el banco que nos conocimos
Voy todas las tardes en el rosedal.
Letra : Juan Andrés
Caruso
Música : Francisco y
Juan Canaro
Grabado por Carlos
Gardel con acompañamiento de guitarras. (sello Odeón, 1922)
(letra obtenida de la
grabación)
A “Letras” A
“Autor” Menú Principal