TACUAREMBÓ
Después de tanto martirio y
rodar
El mundo me llama loco de
amor,
Porque lloro en mi delirio
Mas ella es un don de
dolor.
¡Oh!, Uruguaya de mi vida
Tu cariño, qué me hiciste
por fin,
Ya que han hablado mis ojos
aquí,
Me postro de hinojos
Con gran pena junto a ti.
Tu madre allá en tu hogar
Sus lágrimas santas
También derramó con razón,
Al pensar que te hallás
En un triste hospicio de
Tacuarembó.
Tal vez... que tu alma
estará llorando
Y arrepentida ya de tu
acción,
Al cielo irás implorando
Para tu vida paz y perdón.
Ya que tu sangre se agota,
qué hacer
Sin esa dulce esperanza de
amar,
Ya estás con las alas rotas
Sin poderte consolar.
Por qué mi pecho sangraste
Con la espina del olvido,
que ayer,
Toda mi vida en tus brazos
busqué,
Mas se hizo pedazos
La ilusión que me forjé.
Tu ausencia me amargó
Por eso te juro que mucho
Lloré por tu amor.
Pálida y enferma dejaste
querencia
Del vil cabaret.
Hoy... la dicha que va muriendo
Nunca ha apagado focos de
luz,
Y así seguiré sufriendo
Como un esclavo bajo la
cruz.
Letra : Francisco Brancatti
Música : Alberto Rodríguez
Grabado por la orquesta de Eduardo
Pereyra (“El Chon”) con la voz de Roberto Díaz (1922)
(colaboración enviada por el amigo
Alcide A. Perucca. 04-2012)