PARQUE AVELLANEDA
En ésas, tus viejas
canchitas de tierra
Fui Rendo y Onega, Artime y
Verón.
El alma mecía en el
travesaño
El mundo pendía de un grito
de gol.
Y bajo tu bella y añosa
arboleda
Parque Avellaneda, la vi
suspirar,
Después de aquel beso
primero y profano
— Regalo temprano de la
pubertad —.
La vida que pasa
Es como una rueda,
Te lleva, te lleva
En loco girar.
De aquello vivido
¡Qué poco ya queda!,
Parque Avellaneda...
Sólo recordar.
¡Vamos, viejo Parque!
Sigamos girando,
Tal vez recordando
La vuelva a encontrar,
Y envuelto con ella
En sus brazos míos,
Me cubra del frío
De la soledad.
Los duendes paganos copaban
Lacarra
Y junto a la barra, en el
Carnaval,
En todas las casas armaban
la farra
De murga y comparsa, de
baile y disfraz.
Tu cielo alcanzaba mi fiel
barrilete
Y el mundo le abría camino
a tu tren,
Sus ojos buscaban mi amor
de purrete,
Sus labios reían de mi
timidez.
Letra : Ernesto Pierro
Música : Emilio de