LITURGIA A UN DÍA QUE FUE TUYO

 

 

 

 

Era un siete de abril, tu día gris

Caían hilachas de cristal sobre el tejado,

Del techo aquel que nuestro amor cubría

De tu inocencia y tus hermanos.

Era un siete de abril, tu día y tenías

El pelo suelto y mi cariño atado,

Era el tiempo feliz, mi novia querida

Y era blanco tu mundo y mi pasado.

 

Después, ¡Ay!, Del después, novia lejana

La ausencia en el costado me dejaste,

Te busqué en la luna de tu puerta

Te esperé una vida, no llegaste.

Tal vez fue para ti, quemar tus alas

El fuego del amor que yo te daba,

Y hoy soy, mirá qué soy, un duende nada más,

Otro dolor atado a esta canción

Que llora por los dos, junto a mi corazón.

 

Recitado:

Hoy es siete de abril, tu día

Y pedían las ansias del ayer, este regalo,

Del viejo abril que sepultó la vida

Con tu inocencia y mi pasado.

 

Era un siete de abril, tu día

Y tenías el pelo suelto y tu secreto atado,

Era un siete de abril, ya no eras mía

Dios lo sabía y se quedó callado.

 

Letra : Darío Ramón Cardozo

Música : José Libertella  (José Nicolás Libertella)

 

Grabado por Reynaldo Martín con el acompañamiento de la orquesta de Luis Stazo. (sello Microfon, 1974)

 

 

(colaboración enviada (letra y grabación) por el amigo Amado Lafuente. 09-2011)

 

 

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