HERENCIA TANGUERA
(2008)
No sé si fue un torrente de
inquietud,
Si fue una mueca del
desdén,
Si fue el perfume de mi
cruz.
No sé si fue un coraje sin
edad,
Un bravo intento por latir
o el resultado de soñar.
Pero busqué con cada aurora
la señal,
La puerta loca del después
Que me remonte del fangal;
Busqué un después de penas
y licor,
Un ramillete de calor, un
nuevo sol tras el cristal.
No sé si me amargó la
ingratitud,
Si me perdí en algún andén,
Si me cegó una oscura luz,
no sé.
No sé si me partió la
soledad,
La gris costumbre de
sufrir, o la prisión de respirar.
Perdí, le puse trampa a la
virtud,
Dejé escapar mi último
tren,
Armé un destino a
contraluz.
Viajé las calles de la
terquedad,
Rompí el encanto de vivir,
y fue mi Norte resignar.
Pero encontré en tu mirada
la señal,
La libertad del corazón que
transformó mi realidad;
Aquella realidad que
acribilló
Con su armadura de dolor y
de la vida me alejó.
Mas hoy, la eterna fuerza
del amor,
Este deseo de cantar al son
de un Tango revivió
La herencia bien tanguera y
esencial
Alma y raíz de bandoneón
aún más allá de la razón,
La herencia bien tanguera y
esencial
Que nos regala esta canción
para ensamblar nuestra pasión,
La herencia bien tanguera y
esencial
Que más allá de la razón
buscó un ojal y floreció.
Letra : Marta Pizzo
(Marta Susana Pizzo)
Música : Ariel Ascheri
(colaboración enviada por su autora, la
amiga Marta Pizzo. 01-2011)
A
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