AQUEL VIEJO HOTEL

 

 

 

 

Hay un trago de sol que se hizo vino

Y un mundo sin color que me nació más nuevo.

Tus pestañas también tuvieron fuego

Y ardió en nosotros dos algo sin miedo.

Tuvimos el instante sin testigos

En aquel viejo hotel frente a la plaza.

Los postigos guiñaron el hechizo

Y yo te dibujé mi alma en tus ojeras.

 

Después fue la vereda y el olvido,

El lento caminar buscando esquinas,

Fumando cigarrillos aburridos,

Bebiéndome las copas sin sentido.

Y amanecer de pronto en una espera

Para morderle al sol un tibio aliento,

Y arrinconar mi sombra en el baldío

Donde habitó tu piel, mi sentimiento.

 

Yo sigo en el embale de haber sido

Más allá de mí mismo, tu destino.

Yo tengo aquel milagro dolorido

De haberte rescatado de tu sino.

Quién me puede gritar malas palabras

Por ser esperanzado en tu regreso.

Hay mil senderos en la piel sagrada

Que camina el amor hacia los besos.

 

Letra : Rubén Garello  (Rubén Néstor Garello)

Música : Raúl Garello  (Raúl Miguel Garello)

 

 

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