PERO QUÉ SABEN LOS GILES

 

 

 

 

Dicen que el tango es triste como mis versos

Si yo lo apabullé con mi tristeza,

Si él andaba, como yo, de farra en farra

Con una guitarra, de pieza en pieza.

Pero una noche me dio la loca

De enamorarme como un chabón,

Y él sintió el tajo que hirió mi boca

Por eso llora, su bandoneón.

 

Tango...

Pero qué saben los giles

Por qué te buscan los tristes,

No ves que vos sos y fuiste

La vena azul del varón.

Tango...

Vos le alumbraste el letargo

Al que quedó en la gatera,

Y al cortao o al calavera

Hasta le diste un pulmón.

 

Tango...

Pero qué saben los giles

Y esto sí no es compadrada,

Si hoy me aguanto tu parada

Tengo sobrada razón.

Es porque al golpear tu puerta

En esas noches heladas,

Vos me das una frazada

Pa´ tapar mi corazón.

 

Y ahora que el recuerdo se viene al humo

Dejándome escrachao de una trompada,

Yo la siento que me llama en el chamuyo

De tus diapasones y veo su cara.

Flota en el aire, oigo su risa

Vuelve a ser mía, vos la traés,

Fijate tango, cómo me mira

Seguí sonando, no te apagués.

 

Coda:

Tango...

Pero qué saben los giles

Ella es luz, si vos querés...

 

Letra : Héctor Marcó  (Héctor Domingo Marcolongo)

Música : Pedro Láurenz  (Pedro Blanco Láurenz)

 

Grabado por la orquesta de Alberto Di Paulo con la voz de Agustín F. Gutiérrez.

 

 

(letra obtenida de la grabación)

 

 

A “Letras”   A “Autor”   Menú Principal