QUEMANDO RECUERDOS
Boliche de la esquina
Donde los compadritos,
Entre un “envido” y un “quiero”
Vivieron el arrabal.
Un clavel en los dientes
La china entre las cejas,
Un varón en el desvelo
Y una ofensa en el puñal.
Fulero y viejo almacén
Oloroso a caña y yerba,
Con un farol en el tilo
De pobre y trágica luz.
Y un paraíso tristón
Confesor de almas en pena,
En cuyo tronco, a facón
Su nombre, un taita, grabó.
Allí florecieron odios
Pasiones, amores crudos,
En la guitarra maleva
Nació el tango milongón.
Los funyis tuvieron hoyos
La golilla, blandos nudos,
Tacón alto, los zapatos
Y trencilla el pantalón.
Letra :
Fernán Silva Valdés
Música :
Ernesto Céspedes (Ernesto Céspedes Polanco)
Grabado por la orquesta de Emilio Pellejero
con la voz Enalmar De María. (sello
Sondor, 1941)
(letra obtenida de
la grabación)