PADRE (II)
Si ayer tan sólo fuiste, un
gigante bueno y triste...
Qué garras despiadadas te
arrancaron de mí.
Te fuiste en un instante
que mi alma te alcanzaba...
Y te necesitaba para poder
seguir.
Recuerdo el día triste, más
triste que ninguno...
Me llamaste a tu lado para
decirme adiós.
Pusiste en mis manos, tu
nombre con mi nombre...
Me hablaste de hombre a
hombre, detrás de un lagrimón.
Padre que me ha abandonado,
Y que el tiempo ha llevado
Muy lejos de mí...
Te necesito a mi lado,
Preciso el consejo
Que nunca te oí...
Sé que serías mi amigo,
Y más dulce testigo
De lo que viví...
Sé que preciso tu mano,
En el largo camino
Que se abre ante mí...
Tus manos se hacen largas,
tus ojos se hacen sombra...
Y nunca claudicaste tu
forma de vivir.
A veces me sorprende la
gente que te nombra...
Nunca te resignaste por
tener que partir.
Tus horas son mis horas,
son parte del destino...
Tu lucha sin banderas me ha
dejado un confín,
De gente que te escucha, de
juventud, de amigos
De un mundo sin olvido, de
un mundo para mí...
Dedicado por
Acho Manzi a su padre, Homero Manzi (Homero Nicolás
Manzione Prestera)
Letra : Acho
Manzi (Homero Luis Manzione)
Música : Tata
Cedrón (Juan Carlos Cedrón)