OXIDADO

 

 

 

Tal vez por despreciar tu propia fe

Se te oxidó la vida que cargás,

Y preso en tu rutina, manoteás

Algún resto de luz que no entendés.

El sol del mediodía se te fue

Detrás de las paredes y el reloj,

El morfi de parado te cambió

La forma de reír y de creer.

 

Soñar con aquel cielo

De tu infancia limpia,

Con el potrero donde se quedó

Colgada en un alambre tu alegría.

Tus ganas de ser pájaro y tu flor

Pensás, pensás si es que te quedan ganas

En todo aquello que quisiste ser,

Y al verte campaneada y rota el ala

Seguís la farsa donde te escondés,

Sin dar el grito que por fin te alumbre

Ni el paso nuevo que te ayude a ver.

 

Ahora de oxidado te perdés

Y no encontrás ni el gusto del amor,

Con máscara de vivo y sobrador

Tapás tu soledad que anda de a pie.

Mirás sólo tu ombligo y te cubrís,

Detrás del Salvador no te metás,

No ves que así tampoco te salvás

Y sólo te oxidás, de puro gris.

 

Letra : Héctor Negro  (Ismael Héctor Varela)

Música : Rubén Cabanes

 

Grabado por Susana Mir con el acompañamiento de la orquesta de Oscar D´Elía.

 

 

(colaboración enviada (letra) desde La Plata, por la amiga Susana Mir. 02-2014)

 

 

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