NUNCA (II)
El prontuario de tu vida
todo el mundo lo conoce
Y tu cuna fue un
convento de la calle de Pavón,
Donde sucia y harapienta
pasaste días muy negros
Por el hambre y por las
biabas, de tu viejo curdelón.
Hoy tallás por los salones de la magna aristocracia
Cachetiando hacia el suburbio lo que ayer tu cancha fue,
Y una noche te escurriste,
traicionándolo vilmente
Por entregarte a la guita, de un bacán que es tu mishé.
Los veranos, muy bacana, la corrés por Mar del
Plata
Donde sos
una matrona que mucho vento tirás,
Y tenés
un chalé púa, con una percha de reina
Regios brillos y lacayos y
en francés la chamuyás.
Pero tu alma de malvada no
se acordó de su hijito
Que dejaste muy enfermo,
pues al poco se murió,
Vos supiste la noticia sin
llegarte hasta el velorio
A rezarle un Padrenuestro,
como el arrabal rezó.
Ya te llegará ese día que
el mishé te dé el olivo
Del servicio de señora que
por vento le prestás,
Será entonces que, sumisa,
volverás al conventiyo
A implorarle una limosna,
donde todo llorará.
Pero ya será muy tarde para
tu arrepentimiento
Y pedirle de rodillas, por
tus faltas, el perdón,
Donde nunca, todo el mundo
te dirá pa´ lapidarte
Que se elevó de tu hijito, para
vos, su maldición.
Letra :
Gerónimo Gradito
Música : Agustín Santiago Caro
Grabado
por Ignacio Corsini con acompañamiento de guitarras.
(26-11-1928)