CARMÍN Y OVEROL
El barrio despierta. Se
oculta la noche.
Las luces humildes del
viejo arrabal,
Bostezan reflejos y un
gallo a lo lejos
Anuncia que el cielo ya
está por clarear...
De pronto la calle se
inunda de obreros
El traje de hornero y el
gesto ritual,
De un tierno galán
esperando a la piba
Que corre a la puerta al
oírlo silbar.
Así...
Por la vereda sepia del
pasado,
Se van...
Al porvenir de aquel país
robado.
Camino del taller
Del brazo del amor,
Se van...
Por otro amanecer.
La vida, los años le fueron
secando
A ella, los labios, a él,
el jornal,
Y hoy tienen un nieto que
está en las esquinas
Limpiando los vidrios por
menos que un pan...
Quién sabe qué sombras
dejaron a oscuras
Las luces humildes del
viejo arrabal,
País que se apaga sin sol,
sin trabajo
Ya casi no se oye, temprano
silbar.
Letra : Alejandro
Szwarcman (Alejandro Gregorio Szwarcman)
Música : José
Ogiviecki (José Bernardo Ogiewiecky)