BUENOS AIRES Y YO

 

 

 

Che, Buenos Aires, yo te vi patio gigante en la niñez

Cuando asomaba tu perfil en escenarios de papel,

Después llegó la juventud, tímidamente te habité

Hasta que un día quise más... y me quedé.

 

Mi Buenos Aires, te llamé, cuando bebí tu amanecer

Sin pretender, sin preguntar, reconociste mi soñar,

Me hice ceniza en tu canción, perdí mi huella en tu ritual

Te echó la culpa el corazón de mi pesar.

 

Y entre tus calles me encontré caceroleando mi dolor,

Marchando al centro de tu entraña rebelada,

En mi pancarta de cartón te convocaba una ilusión

Con la impotencia y la utopía en el sudor.

 

Yo no te puedo prometer que acabará tu soledad

De pasajeros de ocasión que van trepando tu ansiedad,

Apenas soy un alma más aprisionando libertad

Mientras un tango se coló en mi intimidad.

 

Mi voz resiste a la impiedad de los que exhiben la global

Costumbre obscena de ignorar lo que escasea en los demás,

Te doy mis brazos y mi sed, me das tu magia de arrabal

Y voy danzando por tu eterno carnaval.

 

Hoy mi semilla floreció con su presente de cristal

Y pone nombre a los “fantasmas del pasado”,

Se vuelve viento la quietud, se hace torrente la verdad

Me quedo acá, para luchar... en mi ciudad.

 

Letra : Marta Pizzo  (Marta Susana Pizzo)

Música : Quique Rassetto  (Enrique Walfrido Rassetto)

 

 

AtrásMenú Principal