BUENOS AIRES, COLINA CHATA

 

 

 

Sobre una colina chata

Garay trazó cuatro vientos,

Por un costado, la pampa

Al otro lado, el riachuelo,

Y el río contra la espalda

Y contra el pecho, el desierto,

Con su horizonte de paja

Y su techumbre de cielo.

 

Garay trazó diez manzanas

Sobre un cuadrado perfecto,

Y el sitio de las campanas

Y el lugar de su gobierno,

Y las casas capitanas

Y los tejados modestos,

Y el ámbito de la plaza

Para los grandes recuerdos.

 

Garay trazó con su espada

La forma de un pueblo nuevo,

¿Cómo era la pampa aquella

sin gauchos y sin cencerros,

sin chinas, ni ranchos, ni huellas,

sin boliches ni puesteros...?

¿Sin un mazo de baraja,

sin el grito de un resero,

sin un fogón y una casa,

sin un mate y sin un cuento...?

 

Sólo era una pampa, pampa

Con un desierto, desierto,

Con su horizonte de paja

Y su techumbre de cielo...

Qué raro que se quedaran

Los españoles aquellos,

Atados a las distancias

Clavados a los silencios.

 

Tal vez porque ya eran otros

Distintos a los primeros,

Tal vez porque ya eran criollos

A fuerza de sufrimientos.

Porque llegaron del norte

Inaugurando senderos,

Madurados por los soles

Y las lluvias de febrero.

 

Letra : Homero Manzi  (Homero Nicolás Manzione Prestera)

Música : Sebastián Piana

 

Poema musicalizado con posterioridad.

 

Grabado por la orquesta de Alberto Di Paulo acompañando a los cantores Ricardo Berón y Rodolfo Morales.

 

 

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