POMPEYA, PARA DIEGO, ERA PARÍS
Cuando dejaba una frontera
de neblinas
Detrás de un cielo y de un
riachuelo de humo gris,
La vez primera que cruzaba
Puente Alsina...
Pompeya, para Diego, era
París.
Se persignó frente a la
iglesia desteñida
Allá en Fiorito, conocía
otro país,
Donde hay más huérfanos que
platos de comida...
Pompeya, para Diego, era
París.
Después vino el insulto, la
elegía,
La cruz donde mostró su
cicatriz,
La gloria del suburbio, la
osadía
Y el gesto de su hora más
feliz.
Pero antes vio un país
desconocido
El Sur, “que está de
olvido, siempre gris...",
Acaso cueste ser un elegido
Y ver al arrabal como
París.
Será tal vez que ese
momento fue un destello
Y comprendió mejor que
nadie a este país,
Este país que sueña siempre
un rey plebeyo...
Pompeya, para Diego, era
París.
O acaso fue que contempló
un mundo perplejo
Que no existía en su niñez
de barrio gris,
O vio un espejo, menos
pobre, menos viejo...
Pompeya, para Diego, era
París.
Letra : Alejandro
Szwarcman (Alejandro Gregorio Szwarcman)
Música : Javier
González (Javier Fernando González)