PLEGARIA A MI CIUDAD
Hay un hueco en el silencio
de mis manos,
Una angustia trasnochada
que amordaza mis ojeras,
Cuando escucho en la
penumbra de mis barrios
El silbido milonguero, el
que espera y desespera.
Esa espera que atormenta la
vigilia
De los sórdidos fantasmas
suburbanos,
Silba un tango que conoce
de tus sombras
Y se cansa de llamarte,
siempre en vano.
Ciudad te pido, que no
olvides mi canción
Tangueame el alma, porque
quiero ser tu voz,
Una canción, una plegaria,
Que me libre de ser paria
Entre tus ríos de veredas y
balcón.
Ciudad, tirame si querés al
devenir
De la vorágine imposible de
vivir,
Pero no ignores este ruego,
Ya no quiero ser el ciego
Que al no hallarte, siente
ganas de morir.
En los últimos presagios de
la noche
Son mis pasos los que vagan
entre el humo, confundidos,
Y tan sólo me rescata de mi
muerte
Cada luna, cada nido, de
tus calles sin olvido.
Y si el ansia de soñar
nunca es bastante
Vos abrime las heridas de
mi anhelo,
Resurgime con tu amor de
golondrina
Con tu antigua redención,
de tango en celo.
Letra : Patricia
Daniela Ferro Olmedo Y Alejandro Gregorio Szwarcman
Música : Sacri
Delfino (Adrián Hugo Delfino)