NEGRO

 

 

 

Nada turbaba la paz de mi dicha,

Alegremente, sin penas vivía,

En mi piecita reinaba tan sólo

La luz y la alegría:

Era un nido de amor.

 

Con su cariño vivía tranquila,

Era feliz, cuando él me besaba.

Mi corazón

De placer rebosaba,

No había en mi cielo

Ni un nubarrón.

 

Pero una tarde, de triste recuerdo,

Atormentada por un mal consejo,

Y sin pensar en el mal que me causaba

Abandoné a mi viejo:

Perdí mi bienestar.

 

No hallo consuelo que calme mi pena,

Hoy lloro y sufro mi error de aquel día,

En mi vivir

Se acabó la alegría,

Y como en sueños

Suelo decir:

 

¡Negro!, Quiero... adorarte así toda la vida.

¡Negro!, Quiero... que me beses siempre con amor.

¡Negro!, Quiero... estar a tu lado eternamente.

¡Negro!, Quiero... que nunca termine nuestro ardor.

 

Letra : Víctor Soliño

Música : Adolfo Antonio Mondino

 

Grabado por Rosita Quiroga con acompañamiento de guitarras. (08-04-1926)

 

 

AtrásMenú Principal