NEGRA, VENÍ
(1926)
Vení no más, china linda, a mi lado
Vení, por Dios, mi carta al recibir,
Que en la catrera, solo y amurado estoy
Y sé que me voy a morir.
Te llamé a vos, porque sos la acoplada
Que sólo amé y jamás podré olvidar,
Y quiero, Esther, que al viejo camarada
Vos le vengás los ojos a cerrar.
Por aquel ángel que voló al cielo
Y que la vida truncó a los dos,
Dame siquiera, negra, el consuelo
De que le vea, viéndote a vos.
Negra vení,
No me dejés que muera
Lo mismo que una fiera.
¡Vení, por Dios!,
Que aunque un tenebroso he sido
Y en la crápula he vivido,
Hay doy cosas que he querido:
Mi viejita y vos.
Como palpito cerca la muerte
Porque mi herida es de gravedá,
Y si las patas paro sin verte
Voy a batirte mi voluntá.
Quemá el retrato de mi viejita
Si yo estoy muerto cuando llegués,
Que a nadie deja la pobrecita
Que en conservarlo, tenga interés.
Los cuatro trastos y la guitarra
Vendelos todos a un Salomón,
Y a las monjitas, largales vento
Pa´ que me recen una oración.
Letra :
Antonio Martínez Viérgol
Música :
Alfonso Gagliano