HOJARASCA
Pobre viejecita, que
arrastrando sus piltrafas
Va dejando el reguero de su
mal.
Tuvo veinte abriles, como
todas,
Hoy está vieja, incomoda,
es un jirón fatal.
Pasa de miseria temblequeando,
Una mano va apoyando en un
mísero bastón,
Y en su mirada, lleva
apagada
Quién sabe qué ilusión.
¡Oh!, Divina juventud que
te vas
Y dejás el sabor del dolor.
Cuántas noches regresando
Después de una “champagneada”,
Pobre, la he visto tirada
Sobre un umbral,
sollozando.
Hojarasca que la vida
Arremolina sin fe,
Por el frío veredón
Va su dolor haciendo pie.
Hoy en la barcaza de la
vida, se declara
Casi hundida y se siente
naufragar.
Junto al madero de su pena
Lleva muerta una azucena,
ya la vejez llegó.
Pobre viejecita que en las
calles encontramos,
Paso a paso, sin familia y
sin hogar.
Madre de nadie, hojas al
viento
Que arrastra la ciudad.
Letra : Enrique
Cadícamo (Domingo Enrique Cadícamo)
Música : Rosendo
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