COMPRE, SEÑOR, COMPRE
Su casa, señor, está llena
de todo
La usina trabaja, feliz,
para usted,
Enchufa su vida y encuentra
ese modo
De tenerlo todo, sin
tenerse usted.
Su vida, señor, está falta
de mucho
Y nadie le acierta su necesidad,
Le han vendido tanto, que a
veces lo escucho
Hablar de lo mucho que le
hacen comprar.
Le ofrecen un río de whisky
y un cielo
Con bellas muchachas que lo
han de mimar,
Veloces aviones le inventan
el vuelo
Y usted sube y baja, pero
sin volar.
Le muestran la forma de
tener prestigio
Comprando la marca que
repiten más,
Y usted se desvela por el
sacrificio
Que impone el “camelo” de
su bienestar.
Yo vengo a venderle, señor,
este canto
Así como suena, sin
publicidad...
Y usted tiene dudas, porque
compró tanto
Que al fin se pregunta...
¿Para qué cantar?...
Le traigo, señor, esta
música mía
Le pido tan sólo que sepa
soñar,
Y tal vez con ella, de
pronto sonría
Y tal vez, conmigo, se
ponga a cantar.
Le ofrezco el color de una
gran primavera
Un gesto celeste que lo
ayude a andar,
Un sol generoso, una risa
entera
Y el simple secreto, de
saberse dar.
Le ofrezco una luz que no
tiene vidrieras
Ni “jingles”, ni “cortos”
de televisión,
Le ofrezco una nueva y
hermosa manera
De vivir la vida y de ser
mejor...
Letra : Héctor
Negro (Ismael Héctor Varela)
Música : Osvaldo
Avena