LA BARRA DE LA ESQUINA

 

 

 

La barra de la esquina, yo nunca la olvidé...
Me fui de Buenos Aires por cosas de la vida
Y lejos, cuántas veces a todos los nombré,
Lo que no hubiera dado, mi barra de la esquina
Por verme con ustedes, igual que en mi niñez.
Los tiempos de la inercia y la bolita porra,
El trompo, la pelota y el “vigilante – ladrón”,
¿Recuerdan los rebusques, para mirar de gorra
a Perla White en “La moneda rota” ?...
 
Dónde estarán los muchachos
De aquella barra de ayer,
El turquito Amado,
Benjamín el estudiante,
Carbunia, siempre tiznao
Viéndolo recargao
Gritándole: “laburante”.
 
Roberto Almada que escapa
Viviendo siempre su ideal.
Fatiga, aquel que decía: 
Trabajás, te cansás, qué ganás?
Viejos amigos de siempre
Yo no los puedo olvidar.
 
Nos fuimos cada uno siguiendo su destino...
Yo al mundo fui mostrando que el tango es un señor,
En las malas y en las buenas, jamás eché al olvido
La barra de la esquina que siempre me alentó.
Dejé mis ilusiones, mi vida en esta esquina
Ni lujos ni placeres me hicieron olvidar,
Yo sé bien que a mi esquina, he de volver un día
Y que mi barra me estará esperando...
La barra de la esquina, que yo nunca olvidé.

 

Letra : Reinaldo Yiso  (Reinaldo Ghiso)

Música : Santos Lípesker

 

Grabado por Alberto Castillo con el acompañamiento de la orquesta de Ángel Condercuri. (11-05-1951)

 

 

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