NOCHE DE TORMENTA

 

 

 

Tuito escuro de la bóveda celeste.
Cáiva el agua como maldición del cielo,
Y allá lejos, con su extraño vocerío
Alardeando, reventaba fuerte el trueno.
Y de a rato el relámpago siniestro
Ilumina un cuadro triste y muy sombrío,
Que parece, en el silencio de la noche
Que en la tierra desafiara al mesmo cielo.
 
Dentro el rancho hay también fiera tormenta,
Esa tormenta del alma que envenena,
Que revientan cuando ruge en lo más hondo
Y que mata a los buenos, con sus penas.
Un paisano, bien plantao y al lao su hembra,
Descubierta en su traición llora y se queja,
Contra el palo, un candil que pareciera
Resistirse pa´ alumbrar tanta miseria.
 
“No me mientas, no pretendas engañarme 
¡Hasta tu voz me ha cansao!
¡Dejáme solo! 
Salí andáte y acoyaráte a tu hombre
Dejá este rancho, lo has manchao
¡Y te odio!
No me mientas, ¡Lo he sabido todo, todo!
Andá con él, que es de tu mesma laya,
Agarrá tus pilchas, no dejés ninguna
¡No ha de ser criollo, porque es ruin y maula!”.
 
Suspiró la moza y con un paso lento
Enderezó pa´ juera, muy triste y llorosa,
Y se vido en la negrura de la noche
Perderse en un jagüel como un sombra.
Y más tarde un ruido sordo
De un cuerpo apuñaleao que cáiva al suelo,
Mientras lejos, con su extraño vocerío
Alardeando, reventaba fuerte el trueno.

 

Letra : Alberto H. Acuña  (Alberto Hilarión Acuña)

Música : José De Cicco  (José Francisco Andrés Di Cicco)

 

Grabado por Ignacio Corsini con acompañamiento de guitarras.

 

 

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