A LA LUZ DE LAS TABERNAS

 

 

 

A quién le puede importar

Si voy arrastrando el alma,

A la luz de las tabernas

Cantando, llorando.

Sabiendo que estoy muriendo

Que es lo que quiero lograr,

Porque mi vida es tristeza

Y mi destino es rodar.

 

No conocí más caricias

Que el rigor y el desprecio,

El que me enseñó a ser hombre

Entre golpes y el alcohol.

Por eso me ven rodando

Por eso pido perdón,

Yo no quiero molestarlos

Sólo una copa y me voy.

 

A quién le puede importar

Si voy buscando una madre,

A la luz de las tabernas

Cantando, llorando.

Sabiendo que nunca, nunca

Que nunca la he de encontrar,

Cuando a un ser se le abandona

Es para no verlo más.

 

Letra : Oscar Lapuente

Música : Luis Ernesto Fillippini

 

Grabado por Héctor Mauré con el acompañamiento del conjunto de Pascual Elía. (1962)

 

(letra obtenida de la grabación)

 

 

AtrásMenú Principal