DEJALA QUE SIGA

 

 

 

Dejala que siga, lo quiere el destino,
El mal, ella misma se quiso buscar,
Dejala que siga por ese camino
Que tarde o temprano, las ha de pagar.
Yo tengo una historia, también que contarte
De aquella traidora que amé con pasión,
Verás que no vale la pena vengarte
Que el tiempo restaña los males de amor.
 
Recuerdo, una noche, pasaba prendida
Del brazo de un hombre, por el callejón,
Creí que en un hilo ya estaba mi vida
Sintiendo los golpes de mi corazón.
Que noche tan negra, qué triste y qué larga
No pude en la copa dormir mi dolor,
La caña no es dulce, la caña es amarga
La caña no mata las penas de amor.
 
Pasaron los años, ya ni recordaba
Siquiera aquel tiempo del triste querer,
Cuando una mañana, a mi puerta llamaba
La estampa arruinada de aquella mujer.
Lloró arrepentida, rumiando el pasado
Me habló de su suerte... me dio compasión,
Pensé que ella misma me había vengado
Con vida tan cruda, su propia traición.
 
Ya ves, compañero, no sos el primero
Que en duelos de amores le toca sufrir,
Los golpes del mundo se aguantan entero
Que así poco a poco, se aprende a vivir.
Dejala que siga, no agraves tus males
Tan sólo la vida, te puede curar,
“Dolores del alma, son rudos puñales,
que quedan mellados de tanto cortar”.

 

Letra : Ray Rada  (Raimundo Félix Radaelli Bernasconi)

Música : Edgardo Donato  (Edgardo Felipe Valerio Donato)

 

 

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